sábado, 22 de julio de 2017

"UNA MIRADA CIEGA Y UN CORAZÓN VACÍO"

Hay personas capaces de juzgar a los demás a la velocidad del sonido. Sin
Una mirada
piedad y sin anestesia. Se guían por una mirada ciega y un corazón vacío, sin un hálito de empatía. Aún más, sus mentes están sembradas por esa semilla del egocentrismo que tantas secuelas siembran en nuestros escenarios más próximos.
El arte de educarnos a nosotros mismos a partir de los errores, los sesgos o las malas interpretaciones cometidas, es un mecanismo muy complicado de aplicar. Lo es en primer lugar porque requiere romper, efectivamente, la barrera del “ego”
antes citada. Algo así, supone reestructurar los cimientos de nuestra identidad. ¿Cómo admitir que me he equivocado al juzgar a esa persona si me han educado para desconfiar de lo que no conozco? 

“Se juzga según lo que se ve y se mira lo que se quiere. Por tanto, acabamos juzgando aquello que envidiamos o queremos” 

El arte de vivir

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